En la búsqueda de nuevos ingredientes para los piensos de los peces, la harina de insectos está demostrando ser una fuente fiable y con gran potencial gracias a que es una solución considerada sostenible y rica en nutrientes.
Dos son las especies que destacan por su rendimiento cuando son incluidos en los piensos, el gusano de la harina (Tenebrio molitor) y la mosca soldado negra (Hermetia illucens), cada una con sus ventajas y desafíos, en este último caso, en lo que respecta a la palatabilidad.
Dos son los principales factores identificados con la aceptación de los peces a piensos elaborados con harina de insecto a altos niveles de reemplazo: la quitina y los ácidos grasos saturados.
La quitina, un polisacárido estructural que forma parte del exoesqueleto de los insectos, en pequeñas cantidades puede tener un efecto beneficioso, como se ha observado en estudios realizados con peces de interés comercial en acuicultura. Esta estructura tiene una estructura similar a la celulosa, no solo reduce la digestibilidad de los nutrientes, sino que puede afectar en las características organolépticas de los piensos de forma no deseada.
Estudios recientes han demostrado que altas cantidades de quitina está asociada a la eficiencia en la absorción de proteínas y ácidos grasos esenciales. Este impacto en la digestibilidad puede estar directamente relacionado con una disminución en la palatabilidad.
Otro factor determinante en la palatabilidad de los piensos está relacionado con el perfil de los ácidos grasos de la harina de insecto. Especialmente, y como ya se ha publicado en misPeces, la mosca soldado negra es rica en ácidos grasos saturados y monoinsaturados, como el ácido láurico. Aunque estos lípidos ofrecen beneficios energéticos, son susceptibles de oxidación, lo que puede alterar el sabor y el aroma de las dietas.
Ante esta situación, las estrategias para mejorar la palatabilidad de los piensos pasan por desarrollar tecnologías que permitan reducir el contenido de quitina o mejorar su digestibilidad. Entre otros están los procesos de desquinitización o inclusión de enzimas que degraden la quitina.
Del mismo modo, es necesario estabilizar los ácidos grasos saturados y prevenir su oxidación, lo que se puede lograr mediante la adición de antioxidantes o el desarrollo de nuevas formulaciones lipídicas que sean más atractivas para los peces.
Fuente: MisPeces
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